miércoles, 26 de septiembre de 2012

PRIMER AÑO DE BACHILLERATO...Iniciamos esta hermosa experiencia.


Primer año de Bachillerato

Recuerdo con cariño mi primera clase de Literatura. Tenía quince años en ese entonces y mi cerebro producía conexiones deseosas de aprendizaje. La maestra, una mujer voluminosa pero con sonrisa alegre ingresó al salón y, antes de presentarse, de su boca floreció el siguiente fragmento de una Égloga Trágica de Gonzalo Zaldumbide Volvía de muy lejos, al cabo de largos años de ausencia, y mayores distancias y de olvido. Al trote de mi caballo, que reconociendo el camino polvoroso apresuraba ya el regreso a la querencia, muertas memorias resucitaban, y me seguían en leve tropel de acompañamiento”. Fue sin duda, al escuchar la entonación de esas palabras las que me atraparon en un mundo de metáforas y prosa poética. Ese año propuse darle forma a mi ingenio y levantar la pluma para crear comparaciones, prosopopeyas junto a unas cuantas anáforas, hipèrboles imponentes.

Considero que un impacto auditivo de esa naturaleza reafirmó mi gusto por la lectura. Ya no fue solamente “Platero y yo”, obra de Juan Ramón Jiménez con la cual gané mi primer concurso de Libro Leído, ya no estaban las novelas policíacas, carentes de recursos estilísticos y que tanto gusto me daba leer entre los doce y trece años. Ahora, mi mente abría el paso a otros autores, otras creaciones nutridas con una gama colorida de expresiones hermosas.

En mi primer día de clases, comprendí que para aprender Literatura no es indispensable dominar el contenido conceptual, sino compartir el profundo deseo de leer, declamar, vivir y gozar cada obra. Tres años más tarde, al iniciar mi carrera docente, imité el ejemplo de mi profesora de Literatura y cada año inicio mi presentación con un texto literario diferente.

Con respecto al programa de Lengua y Literatura del Primer año BGU, los maestros debemos nutrirnos con el documento que ofrece el Ministerio de Educación(Mineduc. 2011). El acceso a este documento es libre, por cuanto se encuentra colgado el el portal del Ministerio de Educación. De igual manera, junto a los Lineamientos Curriculares se encuentra otro archivo de uso para el docente como un instrumento de apoyo áulico.

En la página # 3 del documento, se encuentra condensado el enfoque pedagógico y la importancia de la asignatura. En el tercer párrafo de este documento, se puede leer “...se ha considerado la enseñanza de la Literatura desde sus aspectos artísticos, privilegiando el goce estético y desde la reflexión crítica...” (Mineduc. 2011, página 3). Si el docente no asimila la trascendencia de este enunciado, no le dará vida a la Literatura y volveremos a caer en la letra muerta. Es importante privilegiar el goce estético para que la pasión que los adolescentes a los quince años experimentan se pueda plasmar el el regocijo de leer y componer textos artísticos. Pero no solo en gozar una obra se debe estancar la Literatura, una vez que los estudiantes disfrutaron la obra, es hora de comentarla, pero no con aseveraciones simples; debemos provocar en ellos la producción y sustentación de argumentos serios, elaborados con las respectivas precisiones idiomáticas de quienes en un futuro no muy lejano serán profesionales.

El mismo texto asevera también “...resulta importante comprender y producir textos literarios y no literarios” (Mineduc. 2011, página 3). Una de las dificultades con las cuales debemos convivir y transformar es la jerga juvenil. En facebook, hace dos días una estudiante me escribió “Yap prof, mañana le nvio l dbr, ok”. Los jóvenes son grandes productores de abreviaturas no reconocidas por la RAE, sin embargo, en la estructuración de textos literarios y no literarios no podemos consentir este tipo de expresiones. Es penoso saber que algunos docentes solo cuentan las páginas e imponen una calificación sin considerar ortografía, sintaxis, coherencia, cohesión, fuerza argumentativa, etc. Ahora estamos obligados como maestros a leer, no solo las obras literarias, sino también y con mucho detenimiento, todo cuanto nuestros estudiantes escriben.

Un aspecto más, en la misma página 3 el texto reza: “La formación del estudiante debe apuntar al desarrollo de la lectura literaria como una actividad cotidiana y placentera, que al mismo tiempo sea fuente de conocimientos, sensibilidad artística y criticidad sociocultural” (Mineduc. 2011). ¡Qué bueno!, la lectura dejará de ser algo tedioso y pasará a convertirse en el alimento diario del alma. No hay nada más grato que aprender mientras disfrutamos cuanto a nuestra vida incorporamos.

He referido unas reflexiones simples alusivas a la página 3 de los Lineamientos Curriculares del BGU en cuanto al programa de Lengua y Literatura. Ahora nos queda asumir como maestros un compromiso serio para disfrutar y hacer disfrutar nuestro trabajo.
El verdadero apostolado se sustenta en el amor. Amemos nuestro trabajo.
 
Pedro Fernando Tubay
26 de Septiembre de 2012
 
En la foto a mi izquierda, Miguel Briones Salinas, un maestro que  forma con amor y firmeza. Graciela Cortez, una maestra con mucha trayectoria y experiencia. A mi derecha, Luis Cáceres, un gran amigo. Luis me enseñó que la Literatura no se debe sustentar únicamente en el goce estético, sino también en la crítica sana y productiva, en la sustentación de ideas y todo cuanto se puede logar apoderándose sabiamente de las palabras.
 

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